Segunda entrega de la saga de La Materia Oscura. Es el libro más corto de la trilogía y se podría decir que es un preludio para todo lo que pasa en el tercero, pero aun así me gusta mucho más que el primero, no sólo porque no es tan introductorio o porque la trama es mejor, sino porque se introduce a Will, mi personaje favorito de la saga. Advierto que a partir de aquí habrá algún spoiler de Luces del Norte, el primer libro.
Es algo extraño presentar a un protagonista en la segunda entrega o por lo menos no es lo que suelo ver habitualmente. Will es uno de esos personajes a los que no puedo evitar cogerles cariño en seguida, con apenas un par de capítulos. Y es que en la primera parte Lyra se queda sola tras atravesar la barrera de los mundos, así que acaba aliándose con Will, un chico de doce años proveniente de nuestro mundo que ha tenido que madurar demasiado rápido. Quizás este libro no avanza demasiado en la trama, pero era necesario para presentar a Will y su relación con Lyra y cómo acaban confiando el uno en el otro. La trama también se mete mucho más a fondo con el asunto de los viajes entre mundos paralelos y el papel que desempeña el Polvo, la materia oscura, en todo esto. Sin embargo sigue siendo un libro de transición pura y dura. ¿Es eso algo malo? Pues yo creo que no necesariamente. La trama general de esta saga, aunque pueda no parecerlo por su aire juvenil, acaba siendo bastante compleja y en este libro nos siguen dando pinceladas sobre el asunto a la vez que se van calentando las cosas para que en el tercero estalle la guerra que se va dislumbrando.
El estilo está más cuidado que la media en la literatura juvenil y además agradezco que se narre en tercera persona porque he acabado algo harta de la primera persona a la que estoy acostumbrada en la mayoría de novelas juveniles que he leído últimamente. Lo cierto es que Phillip Pullman escribe muy bien y a la vez consigue no hacerse pesado. Aunque tengo que admitir que las partes en que se cortaba la historia de Will y Lyra y saltábamos a Lee Scoresby o el resto de secundarios me cortaban bastante el ritmo, cosa que también me pasa en libros como Canción de Hielo y Fuego... Aunque aquí lo noto más porque la historia de Will y Lyra me interesa mucho más que la del resto. Por suerte no se hace tan pesado una vez vas leyendo un poco, pero siempre choca, la mayor parte de las veces aprovechaba estos capítulos para hacer una pausa
Lo mejor del libro viene al final, como casi siempre. No voy a hacer spoiler, pero me encanta la escena de Grossman y Will así como el momento de Scoresby en la montaña. Algo que se nota en esta novela es la ausencia de Iorek, por lo menos yo le eché mucho de menos ya que en la primera novela me encantó. En definitiva, a pesar de lo corto que es me gustó más que el primero, por dos cosas: por Will y porque se va metiendo más a fondo en todo el asunto del Polvo y de los mundos paralelos. Si el primer libro no os entusiasmó, os recomendaría que le dierais una oportunidad al segundo ya que en mi opinión la cosa se pone mucho mejor.
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